Si todos los caminos llevan a Roma, en Purchena todas las calles que ascienden desde la plaza llevan a la Iglesia. Ascendiendo por ese entramado de calles moriscas, bajo el barrio del Castillo, se alza majestuosa la Iglesia Parroquial de San Ginés de estilo renacentista, principalmente su portada y con gran influencia del mudéjar granadino.

En el interior de la parroquia de San Ginés encontramos frescos del siglo XVII, una bella techumbre mudéjar y un importante sagrario de plata del legado cristiano. Merece la pena la visita a este templo cuya construcción se inició en 1550 por el famoso arquitecto renacentista Juan de Orea.  Se compone de tres naves separadas por arcadas que se sustentan en columnas ovaladas. En su interior se han descubierto y restaurado recientemente unas pinturas al fresco de gran calidad.

Restaurada en 1989, en el exterior podemos observar una torre cuadrada. El techo de la iglesia contiene tirantes dobles que están decorados con estrellas de ocho puntas, esto se va repitiendo hasta crear polígonos ortogonales, a su vez decorados con piñas.

El escudo que podemos ver en la fachada principal es de Fray Diego de Villalán. Sobre la puerta figura otro escudo, el del obispo Corrionero. El tercer escudo está encima del arco de entrada que hay en la Capilla de los Dolores. La iglesia cuenta con un retablo mayor construido hace unos años, y en el año 1993 se recuperó el antiguo Sagrario, desaparecido en la Guerra Civil. 

La Iglesia Parroquial de San Ginés está construida sobre la antigua mezquita, lo que nos lleva a nuestra última parada, la Alcazaba de Purchena, y a rememorar la época de mayor esplendor del pueblo.